
Argentina sufre por donde la mires. Pobreza
infantil, inflación, violencia en la calle,
debilitamiento institucional, inseguridad y
así podría estar nombrando problemas uno
tras otro. Nos acostumbramos a vivir de
crisis en crisis, sin embargo, algo puede
cambiar. No se ha perdido la capacidad de
acción, no se pierde nunca la valentía ni la
esperanza. Estamos ante un momento
bisagra que va más allá de una u otra
elección. Tenemos la posibilidad de
reescribir la historia.
Los hechos acontecidos contra la
vicepresidenta Cristina Fernández de
Kirchner son totalmente repudiables y no
representan el ideal de país que queremos
construir, no hay dudas, la justicia debe
actuar con firmeza y se deben tomar los
recaudos para que esto no vuelva a suceder.
Luego de este hecho lamentable, hemos
vivido una crispación social exacerbada por
actores políticos y mediáticos, no hay
titubeos todos deben aportar a la paz social
y el fortalecimiento de un sistema
democrático que nos de vida, libertad e
igualdad.
Hay que condenar lo sucedido y también
ser firmes con la utilización política en
búsqueda de enfrentar argentinos contra
argentinos. Hemos asistido a múltiples
declaraciones que solamente contribuyen a
cargar el clima social de más conflictividad.
Lejos estamos de aquella Plaza de Mayo
llena de distintos que custodiaban la
democracia mientras Alfonsín viajaba a
Campo de Mayo para evitar un nuevo golpe
de estado.
Entre acusaciones de odio y editoriales en la
lógica de amigo-enemigo, de ellos o
nosotros, es necesario construir el país que
vendrá. Entre todo esto, Juntos Por el
Cambio tiene la responsabilidad de ofrecer
luz al final del túnel. No es sólo candidatos y
programa de gobierno, nuestro espacio
debe ser capaz de refundar la política en la
diferencia y la transparencia como regla, el
diálogo como método y la construcción de
una nueva hegemonía centrada en un
consenso que resuelva los problemas
estructurales y del día a día.
Esta nueva hegemonía que se debe
plantear debe ser entre quienes creen que
la política es una herramienta para
transformar la vida de la gente, no quienes
la entienden como un instrumento para
beneficiarse a sí mismos o a su grupo. El
consenso tiene que ser entre quienes se
manejan con honestidad ante lo público,
buscando cumplir las obligaciones y hacer
respetar los derechos. La constitución es
nuestro marco de acción y nuestra carta de
navegación. Con más federalismo, con
mejores instituciones, con más justicia, con
más libertad, con igualdad de
oportunidades, con una cultura del trabajo
definida, con más trabajo, con menos
impuestos y conectados al mundo,
debemos diseñar un estado presente y
eficiente así se comienzan a resolver los
problemas.
La tarea es ambiciosa, difícil y repleta de
desafíos. El primero de ellos es
comprender que nuestro espacio se debe
fundar en la unidad de los distintos con
objetivos republicanos, democráticos y de
progreso. Juntos por el Cambio no debe
dejarse llevar por egos, ambiciones
personales o ventajas en el plano electoral.
La responsabilidad nos exige diseñar una
identidad que se caracterice por dialogar y
buscar la mejor política pública que de
resultados. No podemos ceder frente a
quienes nos quieren forzar a renunciar a
nuestras diferencias y enfrentarnos porque
les es funcional pensando en las elecciones
que vienen. Juntos Por el cambio no debe
aplacar las diferencias, debemos
conducirlas al diálogo.
Para sacar a nuestro país del encierro en el
atraso, hace falta construir mucho más
que una alianza electoral amplia. Debemos
prepararnos para ejercer una verdadera
coalición de gobierno. Los personalismos
solo nos van a llevar a enfrentarnos, los
equipos nos van a conducir a resolver
problemas. No hay espacio para quienes
no entiendan que no hay nada ni nadie por
encima de nuestra bandera, quienes
fundaron nuestra patria así lo pensaron.
Particularmente, no debemos permitir que
exista ningún atropello a las instituciones o
las reglas democráticas establecidas. Las
P.A.S.O son una herramienta que canaliza
las diferencias en el marco democrático y
quienes especulan con su eliminación solo
quieren buscar un rédito electoral. Un país
no se construye por elecciones, se
construye en gobiernos amplios que
gestionen y resuelvan. Pensar solo en lo
electoral desnuda la debilidad de solo
querer obtener poder sin pensar en qué
hacer con eso. Más poder es más
responsabilidad, ese mensaje debe
instalarse en la posteridad de nuestro país.
Quienes creen encarnar lo que el pueblo
necesita, quienes alimentan sus discursos
con egos y no con ideas engendran el mal
de pensar que están por encima de
nuestra patria. Juntos por el cambio no
debe nutrirse de eso. Para lo que viene, la
identidad de nuestro espacio debe
desafiar la lógica amigo-enemigo que
caracterizó los últimos 20 años. Estamos
para defender la libertad, la justicia y la
democracia. El país puede ser distinto, no
nos vamos a resignar.